miércoles, 30 de mayo de 2012

La ONU confirma una matanza en Siria

Observadores de Naciones Unidas cuentan 32 cadáveres de niños entre los fallecidos. 

 

La ONU denunció la matanza de al menos 92 personas en la ciudad siria de Hula. Tras la alarma dada por los opositores al régimen de Bachar el Asad, un grupo de militares y civiles de Naciones Unidas se desplazó esta mañana hasta la ciudad del centro del país, explicó el general Robert Mood, jefe de la misión internacional encargada de verificar el alto el fuego. Allí,  vieron 32 cadáveres de niños y más de 60 de adultos. "Es una brutal tragedia", dijo Mood en un comunicado que no dio más detalles sobre los hechos, de los que la oposición culpa a las fuerzas del régimen y que este, como suele ser habitual, atribuye a "grupos terroristas".
Los hechosn provocaron precisamente una sucesión de condenas internacionales a la violencia en Siria. Entre las últimas, está la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, junto con su antecesor en el cargo (y enviado de Naciones Unidas y de la Liga Árabe a la zona), Kofi Annan. Ambos dijeron que se trata de una violación "terrible" del derecho internacional. También hoy titulares de Exteriores de Reino Unido, William Hague, y Francia, Laurent Fabius,  epudiaron los hechos. Este último incluso propuso una nueva cita del grupo Amigos de Siria en París, tras conocerse que decenas de personas perdieron ayer la vida en una nueva embestida del régimen de Bachar Al Asad.
Los civiles de la región de Hula, en la provincia de Homs, eran masacrados ayer, víctimas de un bombardeo, cuando se manifestaban contra la élite gobernante en el poder. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede Londres, que inicialmente cifraba el número de muertos en 90, se hizo eco de la huida masiva de los habitantes de esta ciudad, cercana a otra ya fantasma y desierta que ostenta el mismo nombre de la provincia. Por su parte, el Ejército Sirio Libre, integrado por desertores de las fuerzas regulares en el terreno, aseguraba que entre las víctimas había también soldados sirios.
Las imágenes de los cadáveres eran inmediatamente colgadas en Internet y difundidas por la televisión oficial del régimen, señalando a “bandas terroristas” como autoras de la sangría. La oposición, en cambio acusó directamente a los soldados del ejército regular. Informaciones contradictorias imposibles de contrastar desde hace meses ante la imposibilidad de libre entrada en el país de la prensa internacional.
Según fuentes de la oposición, se trata del ataque más letal desde que se acordara el alto el fuego (auspiciado por la ONU y la Liga Árabe) entre el régimen y las fuerzas rebeldes, firmado a mediados del pasado abril. Sin embargo, la violencia no cesó por ninguno de los dos bandos “y la situación continúa siendo extremadamente seria”. Así lo aseguró este viernes el Secretario General de Naciones Unidas , Ban Ki-moon, en una carta enviada al Consejo de Seguridad, difundida en la misma jornada en la que se conocieron las muertes. En el texto, Ban también remarca la sofisticación en el armamento utilizado en los últimos ataques, lo que sugiere que hay “grupos terroristas establecidos”. “Aquellos que contemplen apoyar a cualquiera de las partes con armas, entrenamiento militar o cualquier otro tipo de ayuda, deben reconsiderar estas opciones para permitir un cese de la violencia sostenible”, rezaba el documento enviado por el Secretario General.
Durante meses, esa fue la tesis utilizada por el régimen sirio, que los ataques son perpetrados por grupos terroristas financiados desde el exterior, en acusación directa las monarquías suníes del golfo Pérsico de las que los asesores del presidente sirio sospechan que puedan estar financiando a la mayoría sunnita de las fuerzas opositoras. También se  tuvo conocimiento de la presencia de oficiales iraníes en suelo sirio, que estarían ayudando al régimen de los Asad.
La realidad es que las armas entran por todas partes al país, especialmente por el vecino Líbano, que ya está sufriendo en propias carnes un conflicto sectario que no le es ajeno y que afecta ya a sus nacionales.
Nada se sabe aún de la decena de libaneses secuestrados esta semana en el norte de Siria cuando regresaban, a través de Turquía, de una peregrinación por los lugares de Irán sagrados para los chiítas. Los mensajes de su pronta liberación fueron constantes en los últimos días, el último el viernes por parte de primer ministro Libanés, Nayib Mikati, sin que hasta ahora haya tenido lugar. Nuevamente se espera su llegada en la noche de hoy al aeropuerto de Beirut, en un vuelo procedente de Turquía, a donde habrían sido trasladados desde Siria.
La ONU calcula que desde que estalló la revuelta en este país en marzo de 2011, habrían muerto más de 10.000 personas. La agencia para los refugiados de este organismo, ACNUR, cifra en más de 70.000 los desplazados internos por los enfrentamientos.
Respuesta contundente
El ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, exigió este sábado "una respuesta internacional contundente" por la "masacre" de más de 90 personas en Hula y anunció su intención de pedir una reunión de urgencia al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. "Hemos iniciado consultas urgentes con nuestros aliados con vistas a una respuesta internacional contundente", dijo el jefe de la diplomacia británica en un comunicado.

DIA MUNDIAL SIN HUMO DE TABACO

El 31 de mayo de cada año la OMS celebra el Día Mundial sin Tabaco, cuyo objetivo consiste en señalar los riesgos que supone el consumo de tabaco para la salud y fomentar políticas eficaces de reducción de dicho consumo. El consumo de tabaco es la segunda causa mundial de muerte, tras la hipertensión, y es responsable de la muerte de uno de cada diez adultos.
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. La celebración de este día es una oportunidad para destacar mensajes concretos relacionados con el control del tabaco y fomentar la observancia del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. El consumo de tabaco es la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comunidad sanitaria.
MORTALIDAD POR TABACO AFECTA POR IGUAL A TODOS LOS PAISES  
    La mortalidad originada por el tabaco no es un privilegio de países ricos o pobres sino que a todos los afecta por igual y su cifra está en continuo aumento, de acuerdo con un estudio publicado por la revista médica británica “The Lancet”, que calcula que en el año 2.000 murieron 4.84 millones de personas por fumar en todo el mundo.  
    La Organización Mundial de la Salud (OMS), durante un acto celebrado en su sede de Ginebra el 17 de junio, cuando si inició la firma del primer Convenio Internacional contra el Tabaco (CIT), calculó la cifra de muertos en 3.99 millones, ligeramente superior a la que la publica la revista médica.  
    De los 4.84 millones de víctimas mortales del tabaco, la revista afirma que 2,41 millones fallecieron en los países en vía de desarrollo y los otros 2,43 millones se registraron en las naciones  plenamente desarrolladas, para señalar que por estas cifras se conoce que no existen diferencias entre los pobres y los ricos y que a todos ellos  sus “malos humos”  originan unas “cifras espeluznantes”.  
    The Lancet y la OMS coinciden en que si no se toman medidas rápidas y adecuadas, las cifras mortales por tabaquismo serán cada vez mayores. En sólo diez años, el número de muertos aumentó en 1.3 millones de personas por año.  
    Para el médico John R. Seffrin, director general de American Cáncer Society, citado por la revista científica inglesa, “este estudio es el primero que cuantifica que la `plaga parda` del siglo XXI está golpeando a los países de ingreso medio y bajo del mundo con una intensidad equivalente a la que ya se ha sentido en las naciones de altos ingresos del planeta, y está de hecho, a punto de sobrepasarla”.  
    A juicio de los expertos encargados del nuevo estudio, la divulgación de este “probablemente estimulará a los gobiernos, y en especial a  los de países en vía de desarrollo, a “promover políticas de salud que combatan el tabaquismo”, porque el hábito de fumar se difundió en el mundo industrializado antes que en las naciones más pobres, de las que hasta ahora existían pocas estadísticas sobre la mortalidad causada por el tabaco.  
    En 1990 la OMS calculaba que anualmente morían unos 3 millones de personas por fumar, con base a una extrapolación de las tendencias en el mundo desarrollado, pero hacia finales del siglo XX y a comienzos del XXI, diferentes investigaciones médicas y el contar con las estadísticas reales del “mundo pobre” se ha sabido mucho más sobre las causas y los efectos negativos que tiene el tabaquismo en las distintas poblaciones y el aumento continuo de aquella cifra.  
    Durante la ceremonia realizada en la sede de la OMS el 17 de junio, un total de 28 países de los 40 necesarios firmaron ese primer CIT, dentro de una campaña mundial encaminada a atenuar la elevada cifra de muertes anuales por su causa y reducir los costes y las  “escandalosas cifras” de dinero que los gobiernos deben invertir a través de sus sistemas de salud  para combatir las enfermedades derivadas del  “vicio de fumar”.  
    Cifras oficiales señalan, por ejemplo, que durante un amplio estudio realizado “sobre los patrones de tabaquismo en China”, se apreció, a diferencia de Occidente, que el tabaco provoca en ese enorme y habitado país mucho más muertes a causas de enfermedades crónicas de los pulmones que directamente por cáncer pulmonar, dice “The Lancet”. 
    Otro reciente estudio, realizado en la India en agosto de 2003, demostró que el tabaquismo mata allí, de manera principal, por causa de la tuberculosis más que por el cáncer pulmonar, como en Occidente, añade la revista británica.  
    En los últimos cinco años, especialmente, las campañas contra el tabaco han aumentado considerablemente, patrocinadas por la OMS, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y algunos gobiernos, con la prohibición de la publicidad  en el deporte y en radios y televisiones.  
    La Unión Europea (UE) quiere, como ya ocurre, por ejemplo, en Brasil, que las cajetillas de tabaco incluyan además de la advertencia sobre su peligrosidad en grandes letras,  fotografías de enfermos de cáncer, lo que ha despertado protestas no sólo de los fumadores sino de organismos de derechos humanos que lo consideran una “clara violación” a la intimidad y a esos derechos.  
    Muchos enfermos o familiares de personas muertas de cáncer han anunciado en distintos países europeos que si sus fotografías aparecen en las cajetillas de cigarrillos presentarán las respectivas demandas, y otros han declarado que son conscientes del peligro que origina el tabaco para su salud y los riesgos que corren, pero que “no dejarán de fumar” por más “medidas coercitivas” que se aprueben.  
    En Estados Unidos, principalmente, algunos Tribunales de Justicia, han condenado a las empresas fabricantes de tabaco a pagar elevadas sumas de dinero a enfermos como indemnización por el hábito de fumar, pero últimamente las serias advertencias que aparecen en las cajetillas (“su consumo perjudica seriamente la salud”), ha originado que se desestimen las demandas.  
    De acuerdo con la OMS, los fallecimientos por tabaco constituyen la segunda causa en el mundo por detrás de la hipertensión y el 8.8 por ciento de la mortalidad total, y, asimismo, considera que si los gobiernos no toman “adecuadas y urgentes medidas”, el tabaco matará a 8,4 millones de personas/año entre 2.002 y el 2.020.  
    En infinidad de países del mundo rico o del que se encuentra en vía de desarrollo, a pesar de las campañas contra el tabaco, su consumo continúa estable o en aumento, aunque ya en muchos otros se registran notables descensos, especialmente en las personas entre 30 y 50 años, y se aprecia que en los “posibles nuevos clientes”, los que comienzan a fumar a partir de los 15 años, las cifras se están reduciendo. Especialmente en los varones.  
    También en muchísimos países –desarrollados o en vía de ello- el tabaco, como el alcohol, constituyen “notables ingresos en los presupuestos anuales- para ser destinados a financiar la educación, la salud y otras actividades sociales. Como no se ha encontrado otra clase de recursos económicos para financiar a esos importantes sectores, la prohibición en el consumo o la eliminación de las empresas dedicadas a su producción no auguran la erradicación definitiva del “vicio del humo”.  
    De todas maneras el tabaco, como se ha demostrado científicamente, constituye el mejor aliado para las enfermedades pulmonares y el cáncer, pero son los seres humanos quienes tienen que tomar conciencia de los peligros que afrontan con su consumo. El que fume sabe a lo que se expone y es, por tanto, quien debe decidir sobre su vida.